El turismo a la Luna ya no es un sueño. Las nuevas tendencias
están dinamizando las formas de entender el turismo y como gestionarlo, ya que
lo que se tenía como paradigmas hoy son simples condiciones necesarias y se
expresan en las relaciones cada vez más directas con los usuarios o clientes, así
como la utilización de nuevos territorios inexplorados.
Es por ello, que el sitio reportelobby.com
afirma que el problema del uso del plástico seguirá en la palestra debido a la
concienciación de realizar más acciones para proteger el medioambiente en 2019. Explican, que los millenials y la
generación Z buscarán experiencias más sostenibles al viajar, mientras que los
proveedores de alojamiento intentarán reducir el uso de plástico, utilizar
materiales biodegradables y baratos para aumentar sus credenciales de
sostenibilidad.
Incluso, hasta el término “turista”
se verá comprometido por estos cambios conceptuales en los años venideros, hoy
ya se habla de “viajeros”, los cuales se cuestionarán cada vez más las
prácticas de sostenibilidad y las opciones de alojamiento del destino al que
viajan, movidos
por su afán de viajar con más conciencia medioambiental. Por tanto, desde el
propio proceso de ideación e inversión en el sector, estará condicionado a
start-ups sostenibles, empresas de viajes comprometidas con el medioambiente y
la utilización de tecnologías de punta, para crear un futuro sostenible en los destinos
turísticos.
Según los resultados de
encuestas realizadas por este sitio web, “hacer algo” tendrá la misma importancia que “ir a
algún sitio”. Vivir experiencias ya es más importante que tener posesiones
materiales para el 62 % de los viajeros. Manifiestan, que en 2019 veremos viajeros
disfrutando de experiencias auténticas y diferentes. La manera de comer,
dormir, comprar o ver un partido de nuestro deporte favorito se centrará en
crear momentos de felicidad y comodidad, que duren incluso después de la
actividad y que por supuesto perduren e impacten en redes sociales.
Indican, que en 2019, el 46 % de los
viajeros tiene pensado visitar un destino que les haga sentirse de nuevo como
niños. Veremos alojamientos con toques infantiles y divertidos, con piscinas de
bolas o castillos inflables para adultos de la generación millenial o Z, que
son los que más viajan para volver a sentirse como niños.
Otras de las cifras
impresionantes que aportan es que el 59 % de los viajeros afirma que tiene
pensado viajar más durante los fines de semana de 2019. Varios sitios web coinciden que será
un año enfocado en las soluciones a medida y los viajes cortos tendrán
itinerarios bien pensados para ajustarse a periodos más breves y que les aporten a
los viajeros experiencias personalizadas.
Lo que fue solo un titular
en tiempos de antaño, ya es una realidad, la NASA empezará a construir en 2019
una estación espacial en la Luna y se prevé su lanzamiento como nuevo destino turístico
para el 2022. Medios de prensa y sitios web como reportelobby.com, anuncian que se seguirá viendo una
inversión considerable en vuelos espaciales. Más allá de 2019, se continuará
rompiendo los límites de los viajes y, conforme avanza la tecnología espacial,
llegará un momento en el que incluso el turismo espacial no supondrá un cambio
significativo.
Mientras esperamos a que viajar
al espacio sea una realidad, esta nueva mentalidad está impulsando a los viajes hacia la exploración de territorios
desconocidos en distintas regiones del mundo, por lo que la lucha será hasta
entonces, quién tendrá la habilidad de crear espacios innovadores en destinos
conocidos o poco conocidos.
Hoy los intereses de los viajeros es ir al
límite en sus experiencias y no es raro que las tendencias nos indiquen que los
intereses se encuentren bajo tierra, o que les gustaría quedarse en un
alojamiento bajo el mar. En 2019 será la explosión de un cambio de mentalidad
en el diseño de la infraestructura hotelera, dando lugar a la aparición de
nuevos tipos de hoteles y casas vacacionales que hoy se escapan de la imaginación, tal es el caso del primer hotel bajo tierra inaugurado por China.
Estos son los retos de un país como Cuba que no se detiene, pero que si quiere
competir en el sector, tiene que jugar las mismas cartas.